Y será la última vez que mis manos se deslicen por tus mejillas, que aparten esos mechones que son demasiado largos para ser flequillo, que entren por dentro de tu jersey rojo de corazones para acariciar esa pálida piel que cubre todo tu cuerpo.
Y será la última vez que alce los brazos en tu dirección, que entierres la cara contra mi cuello y sienta la curva de tu sonrisa sobre mi piel, que enrede las manos en tu pelo y pose los labios sobre tu frente.
Y será la última vez que mi corazón se dispare al verte sonreír, al escuchar tu voz, al sentir tus labios contra mi mejilla. La última vez que te tapes con la bufanda hasta la nariz y cierres los ojos al escucharme susurrarte que eres preciosa.
Y será la última vez que mis labios rocen los suyos, que esa fina línea se mueva para hacerme cosquillas en el estomago, para ayudar al aumento de la temperatura, a la circulación de la sangre por mis mejillas.
Y será la última vez que te susurre al oído; te quiero chica del abrigo rojo.
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