Rota, inconexa e incompleta.
Desmembrada, quemada, arrasada.
Descolorida, inservible, desechable.
Era así hasta que llego ella;
hasta que la mitad de sus pensamientos le pertenecían también a esa sonrisa a medias que le salía cuando hablaban.
Era así hasta que comenzaron a compartir el pasado.
Y quedó partida a la mitad,
y empezaron a compartir los secretos de las sonrisas falsas que los demás creían,
y siguieron por mostrarse una sonrisa de verdad,
y acabaron la una perdida en la otra.
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