1 de agosto de 2017

Para todos aquellos a los que les importé;





"Si estas leyendo esto significa que no he despertado a tiempo, o que nunca despertaré. 

Os quiero pedir perdón. Parece ridículo que, aún estando muerta tenga que pedir disculpas. Pero tengo que hacerlo, porque al final, el mal trago se lo comen los vivos. 
Posiblemente ya no respire ni vuelva a respirar. No volveré a sentir nada, nunca más. Ni siquiera unas manos frías en mi espalda. Ahora estoy yo más fría que vosotros. 
Se acabaron las caricias, y ese movimiento lento cuando sube y baja su pecho al quedarse dormida abrazada a mi. Se acabó escuchar su risa y su dulce voz susurrando en mi oído. 
Cuando entre en el quirófano sé que no dejará de dolerme el corazón, ese maldito órgano que va a matarme tarde o temprano. Sé que, de una u otra forma, lamentaré no haber tenido más tiempo, aunque este conforme con estos veintiún años de mi vida. He empezado a vivir, a querer a gente, demasiado tarde. Ahora no podré verlos más. 

¿Es ridículo verdad? No me cabrea morirme, porque me iba a morir de todas formas, como todos. Me cabrea que cuando yo ya no este aquí, ¿quien les dirá que son preciosas?. ¿Quien les dirá que su sonrisa es deslumbrante, que su voz es como una suave melodía de piano, que son mucho más de lo creen, que valen mucho más de lo que piensan y que pase lo que pase, siempre habrá alguien que las quiera?. ¿Quien las querrá cuando yo no esté? 

Un sentimiento que no se expresa se convierte en demonio, y sé de buena tinta que muchos demonios abren corazones y destrozan almas. Puedo decir que a todas aquellas personas a las que quiero se lo he dicho, y que el sesenta o setenta por ciento de esas personas no saben hasta que límite llega ese sentimiento es algo que también sé. 
En muchas ocasiones pensé que cuando quieres a alguien así es mejor no decirlo. No todo el mundo entiende la capacidad que un corazón vendado y cosido tiene para amar. 

Y me voy a morir enamorada de ella. Cada sonrisa tímida, cada amago de esconderse, cada mirada que me hizo temblar incluso a oscuras. Cada conversación, cada sonrisa que conseguía sacarle, cada vez que me burlaba de ella solo porque sabía que se reía, que ponía esa sonrisa tonta que pongo yo cuando ella me lo hace a mi. Esa sonrisa que te sale cuando quieres más que a tu vida. Cada "te quiero" y cada "te amo". No le he dicho suficientes veces que la amo. 

Así que, a todos aquellos a los que les importé; a los que os he puesto motes, llamado sinónimos de prostituta, y amenazado con un lanzallamas a quien fuera que os hiciera estar mal... 




os quiero, y el último pedazo de mi corazón es vuestro."