Te pido que me recompongas.
A veces algo inexistente se rompe por la mitad,
te rompes por la mitad y te quedas a medias, sola,
tumbada sobre el banco frío mirando las estrellas.
Es lo único que se mantiene estable
y ni siquiera te puedes encomendar a ellas,
porque hasta las estrellas desaparecen durante el día.
Así que te lo pido a ti,
ven y recomponme.
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